domingo, 15 de junio de 2014

                                   
                                      AGORA, LA APUESTA DE AMENÁBAR 



Le faltaba a Amenábar una peli histórica para completar su currículum, y decidió que si además le añadía un toque de crítica a la intransigencia religiosa, le iba a quedar más rico que un churrasco argentino... pero oiga usted que se le olvidó el chimichurri, y es que a mi tanta carnaca así para el pecho, sin nada, no me termina de pasar por el gaznate... no sin un par de gargantazos de cazalla al menos!

La película narra los últimos años de la erudita Hipatia de Alejandría (Rachel Weisz) y su asesinato a manos de una turba que obedecía las ordenes del Patriarca Cristiano Cirilio, al que por lo visto lo de la emancipación de la mujer y el conocimiento agnóstico  le olía a azufre (más o menos como a la Iglesia actual, no se vaya usted a creer...), por lo que se hinchó a destruir sinagogas, matar paganos y destruir las obras del conocimiento satánico-infernal (ciencias y filosofía de toda la vida, para el lego...) con un salvajismo que parecía aquello una invasión de hunos hasta la coronilla de anfetas.

El guión por lo que parece no ha debido tener muchas reescrituras, porque algo en la cadencia y en los recursos fílmicos falla más que la integridad moral de Churchill, haciendo que el ritmo de la película no sea el que debiera... o sí, en estos casos a lo mejor la cagada es del director y su visión de la historia... en resumen, chirría como la cadera de octogenario y ni la recreación histórica ni el buen hacer de los actores parece que vayan a arreglarlo (exceptuando algunos momentos de brillantez dramática y/o interpretativa de vez en cuando). Aún así, la emotividad de la historia engancha y no te deja mal sabor de boca, por lo que la recomendaré si eres muy fan del cine histórico (y si estás leyendo este blog lo asumo...) o si crees que merece la pena aprender como se las gastaba el cristianismo antes de las cruzadas (que propensa esta gente a matar a los que no piensan igual, la leche!!!), que nunca fueron muy de poner la otra mejilla.

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