domingo, 15 de junio de 2014


           LA PASIÓN, O LA LOCURA DEL TITO MEL


"A este palomo se le ha ido el panchito". Esta poco respetuosa frase salió de mis labios cuando me puse a investigar hace unos años sobre la razón de Mel Gibson para hacer una peli sobre Jesús de Nazaret (como si no tuviésemos ya bastante con "Rey de reyes" o "La historia más grande jamás contada"...) y descubrí que pertenecía a una secta católica que hacía que en el Opus Dei parecieran boy-scouts enamorados... Pues si, muy señores míos, el jambo en un arranque fervoroso de fe nos colaba otra obra propagandística (lo que les gusta el poselitismo a los coleguitas del Yisus) bendecida por la Santa Sede como "película santa" (así como lo oyen, señores... igualita que "La última tentación de Cristo", digo yo, no?)).

Este "apoyo" del Vaticano surtió efecto y la peliculilla de marras batió récords en los cines (abarrotados de sacerdotes, monjas, beatas meapilas y... algún hippie "trasnochao" y "despistao", ¿por qué no?) que fueron en manada, sumisa y obediente de los preceptos religiosos a recibir su dosis mística de castigo y sangre... porque otra cosa no, pero el "anuncio" este se la pondría dura al Escrivá ese... vaya festival de crueldad, castigos físicos, sangre para empachar a todo el elenco de "Tru Blood"  (¿la compraban a barriladas o qué?), sadismo, mutilación y crucifixión con todo lujo de detalles para un público que lo gozaba más que Ernesto de Hannover en una barra libre (jefe, ¡póngame kilo y cuarto de casquería!).

No insultaré la inteligencia del lector (mira que me cuesta... que yo lo de faltar a la gente lo disfruto como un beduino...) con análisis del guion (tiene 20 siglos, es viejuno...) o de los giros (¿en serio no saben ustedes como acaba?) pero si que me van a permitir que me cague en el intento de hablar latín y arameo de los actores, porque la pronunciación era burda hasta para una colonía de gangosos con paperas en fase terminal (alguno de los actores hasta parecía tener la boca llena de polvorones, ¡imaginen, sus mercedes el espectáculo!)

Resumiendo... Caca! Pero mucha! Ni el tricerátops evacua tanto...






                

                             TROYA, SANGRE E HÍPICA.






Tengo un punto débil con la Iliada, para qué negarlo... por lo que ya aviso que igual muy imparcial no soy con esta obra maes... digo película... yo sólo digo eso...

Film dirigido por Wolfgang Petersen, al que no veíamos desde "La Tormenta Perfecta" (2000), y con un elenco de puro lujo (no del choni, del que tiene clase): Brad Pitt, Eric Bana, Rose Byrne, Orlando Bloom, Sean Bean, Diane Kruger, Saffron Burrows, Brian Cox y Peter O'Toole (¡eche un vistazo por la Wikipedia y rinda pleitesía!). Aunque para ser honestos, excepto O'Toole, Kruger y Bean no es que hubieses grandes interpretaciones, vaya...

Narra de forma muy comprimida y llena de licencias cinematográficas la guerra de los aqueos (griegos) y los troyanos (un tipo de hititas), sus origenes (braguetazo de Bloom) y desenlace (caída de la ciudad y muerte del protagonista... bueno y la huida sano y salvo del antagonista después de haberla liado parda y demostrar ser un cobardica y un tramposo... el karma,  ¿dónde está cuando se le necesita?).
Dicho esto, creo que es momento de hablar de la grandiosa puesta en escena, con un presupuesto de arte que da miedo intentar calcular y con un intento de verosimilitud histórica muy, muy, muy conseguida (quitando cuatro cosas sin importancia, como esa obsesión de Hollywood por los uniformes aunque no se reglamentara hasta bien entrado el siglo XV) y realista (armaduras, armas, ropa, ciudades de su época... siglo XII a.C.) no el anacronismo con hoplitas y ciudades estado del siglo IV a.C. que hemos visto hasta ahora. Batallas épicas y bien coreografiadas (con un combate entre Aquiles y Hector de lo mejorcito que se ha grabado hasta ahora... se nota la magia del coreógrafo de Tsui Hark) y un montaje pensado por y para ellas bordan una factura suprema.

A nivel interpretativo la escena en que el rey Príamo (O'Toole) se postra ante Aquiles (Pitt) y le implora por el cadaver de su hijo alcanza unos niveles de dramatismo, clase y habilidad en la interpretación que produce verdadero placer su visionado. El resto del elenco... cumple.

Hazte un favor y échale un vistazo. Hazme caso. Ya estás tardando. ¿Qué mierdas haces? Cómpratela (o bájatela... pero yo esto, si te preguntan, no lo he dicho).

                                   
                                      AGORA, LA APUESTA DE AMENÁBAR 



Le faltaba a Amenábar una peli histórica para completar su currículum, y decidió que si además le añadía un toque de crítica a la intransigencia religiosa, le iba a quedar más rico que un churrasco argentino... pero oiga usted que se le olvidó el chimichurri, y es que a mi tanta carnaca así para el pecho, sin nada, no me termina de pasar por el gaznate... no sin un par de gargantazos de cazalla al menos!

La película narra los últimos años de la erudita Hipatia de Alejandría (Rachel Weisz) y su asesinato a manos de una turba que obedecía las ordenes del Patriarca Cristiano Cirilio, al que por lo visto lo de la emancipación de la mujer y el conocimiento agnóstico  le olía a azufre (más o menos como a la Iglesia actual, no se vaya usted a creer...), por lo que se hinchó a destruir sinagogas, matar paganos y destruir las obras del conocimiento satánico-infernal (ciencias y filosofía de toda la vida, para el lego...) con un salvajismo que parecía aquello una invasión de hunos hasta la coronilla de anfetas.

El guión por lo que parece no ha debido tener muchas reescrituras, porque algo en la cadencia y en los recursos fílmicos falla más que la integridad moral de Churchill, haciendo que el ritmo de la película no sea el que debiera... o sí, en estos casos a lo mejor la cagada es del director y su visión de la historia... en resumen, chirría como la cadera de octogenario y ni la recreación histórica ni el buen hacer de los actores parece que vayan a arreglarlo (exceptuando algunos momentos de brillantez dramática y/o interpretativa de vez en cuando). Aún así, la emotividad de la historia engancha y no te deja mal sabor de boca, por lo que la recomendaré si eres muy fan del cine histórico (y si estás leyendo este blog lo asumo...) o si crees que merece la pena aprender como se las gastaba el cristianismo antes de las cruzadas (que propensa esta gente a matar a los que no piensan igual, la leche!!!), que nunca fueron muy de poner la otra mejilla.